lunes, 8 de septiembre de 2014

 
DESPEDIDAD DE LOS HERMANOS DE LA SALLE

 
El pasado día 7 de Septiembre, en la ermita de Santa Fe, precioso conjunto Histórico-Artístico, que data del s. XII, y centro neurálgico de los Valles del Romanzano, (Urraul Bajo y Urraul Alto), pertenecientes a la Unidad Parroquial de Lumbier, tuvo lugar la despedida de la Comunidad de los Hermanos de La Salle que, desde 1984, realizaban tareas pastorales en todos estos pueblos, diminutos muchos de ellos, a los que se han entregado sin reserva, presidiendo las celebraciones litúrgicas, acompañando a los enfermos, instruyendo en las catequesis y siendo unos vecinos mas.

La despedida, que fue multitudinaria, estuvo llena de cariño, emoción y pena, todo ello envuelto en un agradecimiento sincero de estas gentes sencillas que los sentían cercanos y amigos. La Eucaristía, presidida por el Obispo Auxiliar de la Diócesis de Pamplona-Tudela, estuvo cargada de bonitos detalles. Prueba de ello es la monición de entrada que, leída con especial sensibilidad decía:
" El cantautor Mikel Laboa, interpreta una canción dedicada a un amigo ausente y repite este estribillo
Nuestros montes, nuestros ríos,
 que tanto amaste, amigo,
 estarán siempre ahí,
 en su murmullo, contigo
En 1998 llegaron aquí José Mari, Jaime y Julián, continuaron José en 2001, Josu e Ignacio en 2002, Aingueru llegó en 2003, Bitor en 2005, Eusebio y Xabier en 2006, Eusebio se marchó a cubrir tras necesidades en la montaña oscense y en 2013 volvió con nosotros. Iñaki empezó su andadura en 2010 y Guillermo y Emilio en 2011. todos dejan una maravillosa estela.
Las sombras de estos arboles saben mucho de vuestras reflexiones profundas, de lecturas de sabia teología, de vuestros encuentros, en este silencio, con un Dios en constante creación, con el noble afán de poner al día vuestro compromiso con esta comunidad que se os encomendó.
Todo este bagaje, no lo habéis puesto en la mano y apretado el puño para que no se escape, sino que, lo habéis expandido con generosidad en los pueblos de esta Unidad Parroquial, en forma de cercanía, apertura, solidaridad, encuentro... Pero donde de verdad os habéis empeñado a fondo, ha sido en las celebraciones de la Palabra, preparadas con magnifica pedagogía. Gracias a ellas, hemos experimentado a un Jesús mas cercano, hemos conocido mejor la Palabra que nos invita a la construcción, con El, del Reino de Dios, que, no lo olvidemos, empieza aquí, en este mundo, en esta Comunidad Cristiana.
La Unidad Parroquial de la Zona de Lumbier, hemos querido sellar esta fructífera convivencia de 16 años, con la celebración de esta Eucaristía, con todos nuestros educadores en la Fe, presentes. 
Todos ellos, artífices de nuestro crecimiento en el hecho religioso. Aquí, en justicia tengo que mencionar a Santiago y Pedro.
Por ello hemos elegido este lugar, centro religioso desde la Edad Media, situado en un maravilloso enclave, rodeado también de nuestros montes, nuestros ríos y nuestros campos y ubicada en el centro geográfico de nuestra Unidad Parroquial.
Dice una vieja canción: "Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va" No queremos hacerla nuestra porque aquí no se muere nada. Apostamos por la VIDA con mayúsculas, y, como cristianos, tenemos esperanza y sabemos que el Espíritu soplará también en esta Unidad Parroquial, que, ahora, se siente un poco desprotegida.
JOSU,IÑAKI,EUSEBIO,EMILIO,JOSE MARI,AINGERU, BITOR, esto no es un adiós, mas bien es un "hasta siempre, amigos"
Y termino retomando el estribillo de Mikel Laboa:
"Nuestros montes, nuestros ríos,
 que tanto amasteis, amigos,
estarán siempre aquí,
en su recuerdo, con todos vosotros"

 

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