viernes, 15 de septiembre de 2017

BODAS DE ORO DE LAS HERMANAS DE LA PROVINCIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
1967-2017




Los días del 8 al 13 de Septiembre hemos celebrado como grupo nuestras Bodas de Oro. Somos la Promoción 1967-2017 en España. Nos convocaron a una semana de reflexión-celebración y nos pidieron  que determináramos lugar y fechas. Un grupo se encargó de la organización. El tema del Encuentro era: “Celebrar la Vida”, la vida como fiesta y la fiesta de la vida, agradeciendo a Dios estos 50 años de fidelidad como Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
Iniciamos el encuentro el día 8 de Septiembre reuniéndonos ya a cenar y dormir en Artieda, lugar entrañable para todo el grupo por otros encuentros que aquí habíamos tenido (Profesión, Bodas de Plata, 40 años de V.R….). Alegría de vernos y sentirnos cerca, con la suerte de poder compartir unos días juntas para agradecer y profundizar en nuestra vida de hospitalidad.
El día 9 tuvo como objetivo “Reencontrarnos”, sí, con nosotras mismas, con Dios y con los otros, a ello dedicamos la reflexión personal, el compartir experiencias y vivencias y la oración.
El día 10 nos centramos en el lema: “cuando oscurece se ven mejor las estrellas”, valorando nuestro momento vital de “atardecer” como posibilidad de crecimiento a pesar del previsible deterioro y las carencias que ya van apareciendo. Se trataba de intercambiar la experiencia realista de lo que supone crecer en años, siendo conscientes de los cambios, reactivando los valores fundamentales de la vida religiosa hoy y analizando cuerpo, espíritu y sensaciones (deterioro físico, soledad y heridas emocionales).  Como respuesta, tratamos de profundizar en la “mística de los ojos abiertos”, aprender a mirar, con el fin de percibir la realidad tal como es, relativizando, cultivando la mirada positiva, como Jesús, que recrea y da vida siempre. Valorando la importancia de lo cotidiano, de los pequeños servicios que podemos prestar, incorporando a nuestra vida la resiliencia, el coraje de florecer ante las adversidades.
El día 11 fue de silencio comunitario y retiro personal, que nos dio la posibilidad de agradecer a Dios, a la Congregación y a nuestros diversos ámbitos de vida. Como apoyo, una glosa del texto de 1Cor 13, 1-8 sobre el amor.
El día 12 celebramos la Fiesta de la Vida. Por la mañana, con la canción “Escojo la vida”, hacemos una reflexión en la línea central del día: celebrar la vida. Jesús nos ha llamado a la vida, somos llamadas a vivirla en plenitud, Él nos da la vida y nos ofrece una forma de vivirla en sencillez, a su estilo: contemplar los lirios del campo, alegrarse con la gente, sanar, liberar, devolver la vida y la dignidad a las personas, asumir el fracaso de su proyecto, la traición, la soledad, la muerte. Y con su resurrección nos abre a la VIDA para siempre. Por Carisma estamos llamadas a dar la vida, como María Ráfols y Juan Bonal. Ellos fueron quienes, movidos por el amor, expresado en los acontecimientos de la vida, vivieron dificultades y caminos duros con heroísmo.
Hicimos un trabajo por grupos, partiendo de unas láminas que contenían mensajes como: “empápate de vida”, “mantener el equilibrio y fluir”, “a retos tormentosos, corazones valerosos”, “cultiva tu mirada” “cada día es una nueva oportunidad”, “vamos a poner mucho corazón en la vida”, “cuidar la esencia que nutre nuestro corazón”, “sacudirse las penas”.  La puesta en común de lo que nos sugerían estos lemas fue muy rica. Por la tarde tuvimos la celebración de la Eucaristía, que otros días compartimos con la comunidad de Artieda, nosotras, el grupo de Bodas,  presidida por Pedro Arbeloa, capellán de la Comunidad. Fue uno de los momentos “fuertes” vividos estos días, terminamos con la cena festiva y las “coplicas”(que recogían muy acertadamente lo más significativo de estos días), en un ambiente de alegría compartida.
La mañana del día 13 fue de despedidas, constatando los días tan buenos pasados en Artieda. Por la tarde viaje a Zaragoza. Cenar y dormir en la Casa General. Hasta el 15 que terminaremos estos días de ENCUENTRO con la celebración como grupo de la Eucaristía y renovación de votos.
En Artieda hemos pasado unos días entrañables. Nos vamos muy agradecidas